A todos mis niños con TDAH
Pablo se tiró a la piscina dispuesto a probar sus nuevas
gafas de buceo. En el fondo vio un tapón negro con una anilla. Metió su dedito
dentro de la misma y tiró con fuerza. Unos minutos después, todos los niños
estaban jugando al futbol en el fondo de la piscina sin agua. Los padres
protestaban y el encargado de tomar medidas contra los disturbios anotaba en
una hoja el nombre del infractor.
Después de aquello, a Pablo le pegaron una pegatina en la frente que rezaba:
PROHIBIDA LA ENTRADA
A TODAS LAS PISCINAS
Así que sus padres decidieron llevárselo al lago.
En el fondo del lago había muchas piedras y Pablo tuvo que
ir levantando cientos de ellas hasta descubrir el tapón. Lo demás fue igual de
fácil: tirar de la anilla y esperar. Boquiabiertos, los peces anaranjados zigzaguaban a ritmo de esto es el fin sobre las piedras desnudas.
El pescador de salmones llamó urgentemente desde su
Smartphone y la guardia de lagos dulces se presentó más indignada que rápida.
Sobre la misma pegatina - puesto que el fondo para pegatinas
del Instituto de Lagos y Pantanos se agotó en febrero – los guardas anotaron a
mano la siguiente prohibición
PROHIBIDA LA ENTRADA
A TODOS LOS LAGOS Y A TODOS LOS PANTANOS
Así que sus padres decidieron llevárselo a la playa.
Cuando llegaron a la playa, lo primero que hizo Pablo fue
preguntarle a un señor que estaba sentado encima de una torre de madera extremadamente
alta:
- - ¡¡Señor, señor!! – gritó- ¿Esta playa tiene
tapón?
- - No, hijo, las playas no tienen tapones; tienen mareas.
- - ¿Y la marea tiene tapón?
- - No. Las mareas van y vienen – respondió de nuevo
el señor de la torre.
- - Pero
-insistió Pablo con la voz desgarrada por la urgencia- ¿Por dónde se
marcha la marea?
- - Por allí – señaló el horizonte con seguridad
desde lo alto-, siempre en aquella dirección.
Pablo se colocó sus gafas de buceo y salió corriendo detrás
de la marea, que iba en dirección contraria a las olas. Puso en marcha el
limpiaparabrisas para librarse de las algas que disminuían su visibilidad, y apenas
llevaba diez minutos buceando cuando
encontró una gran anilla pegada a un tapón con forma de cangrejo ermitaño. Tiró
de ella con la fuerza que da la ilusión del descubrimiento y se sentó allí
mismo a mirar como la marea cambiaba el suave vaivén por una huida apresurada
hacia el ojo del huracán que acababa
de abrirse.
Cuando el agujerito se tragó a todos los peces y a todos los
cangrejos y el agua había desaparecido por completo, Pablo volvió
a colocar el tapón, se puso de pie y saludó a todos los veraneantes que corrían
hacia él, estruendosos y ¿entusiastas?, moviendo los brazos alborozados para poder compartir la alegría de encontrarse con
un erial de arena infinita justo donde antes estaba la playa.
Este niño y sus gafas de buceo son un peligro, siempre sabe de dónde tirar.
ResponderEliminarHe descubierto tu blog buceando por la red y te prometo no quitar el tapón para hacerte desaparecer, al contrario he encontrado un lugar bello donde bucear.
Saludos desde Tenerife y te dejo enlace de mi blog por si quieres conocerlo.
http://gofioconmiel.blogspot.com.es/
Vaya... me ha resultado totalmente desconcertante la historia... me parece que algo se me escapa...
ResponderEliminarGracias por la visita Gloria.
ResponderEliminarUn beso.
jaja, Exter no le busques muchas explicaciones, es un simple cuentecito que le relato a los niños con TDAH, y que tiene que ver con volver siempre, independientemente del sitio a la misma situación, como les ocurre a ellos, da igual que sea una piscinita, un lago o una playa, incluso el océano. Los demás se limitan a castigarlos.
ResponderEliminarA ellos les hace gracia y me cuentan cómo destaparon otras anillas y cómo les colgaron otras pegatinas en la frente.
Un besazo.
Yo le estaba buscando un sentido político o relacionado con la ecología, pero gracias a tu explicación veo que también está muy bien para los casos de TDAH. A los pobres deben ponerles un montón de pegatinas de prohibido el paso en todas partes...
ResponderEliminarBuen fin de semana!
Sí, por ejemplo, no los invitan a los cumpleaños.
ResponderEliminarBuen finde para ti también.
Un saludo.
La verdad es que es uno de los relatos que mas facil me ha resultado entender...supongo que porque conozco a mucha de esa gente a la que ponen etiquetas por tirir de un "tapon"...especialmente chavales...
ResponderEliminarGenial de verdad!!
un beso!
Pues sí, Verillo, de eso iba, de lo que te ponen en la frente.
ResponderEliminarUn beso para ti.
Malditas etiquetas. Gracais pro el fabuloso cuento,
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